Noël Solidaire: el Théâtre de la Ville “lleva la poesía a los hospitales de París

El Théâtre de la Ville lanzó el 5 de diciembre su Navidad Solidaria, que finaliza el 8 de enero de 2023. El programa incluye espectáculos, consultas poéticas y talleres prácticos para personas en situación precaria, enfermos y cuidadores.
“¿Cuál es su nombre de pila?”, pregunta la actriz Sophy-Clair David en la sala de espera del servicio de oncología del hospital Pitié-Salpêtrière. Desde hace más de un año, ella y otros cuarenta cómicos trabajan en este departamento todos los miércoles de 14.00 a 16.00 horas. Viene a dar consultas poéticas. “Es un pequeño momento con un artista que dura 20 minutos. Hacemos preguntas para tomar la temperatura, la sensibilidad del momento, y en función del intercambio te leemos un poema”, explica Sophy-Clair a William, un paciente treintañero que espera una consulta con un psicólogo.
“Es una invitación a traer la poesía a tu vida. ¿Le gustaría probarlo? William sigue a Sophy-Clair a una pequeña habitación donde le espera Marie Lauricella, otra actriz. “Es un momento íntimo cara a cara. Al principio hacemos preguntas muy amplias, luego nos vamos acercando poco a poco a la poesía para llevar a la gente a otra parte”, describe Sophy-Clair mientras cierra la puerta de la pequeña sala.
“Reinventar los vínculos entre cultura y ámbito social
Esta es la 3ª edición de Noël Solidaire organizada por el Théâtre de la Ville de Paris. Desde 2020, 150 artistas de toda condición de la compañía Shechter II, la compañía Théâtre de la Ville o la Troupe de l’Imaginaire, ofrecen espectáculos, consultas poéticas y talleres prácticos a personas aisladas, mayores, enfermas o desfavorecidas. “Nuestro compromiso es reinventar los vínculos entre cultura, salud, educación y ámbito social. Juntos, este año también, trataremos de reafirmar nuestros compromisos como artistas y ciudadanos del terreno”, explica Emmanuel Demarcy-Mota, director del Théâtre de la Ville e impulsor del proyecto.
“Es una aventura que empezó hace 10 años. Emmanuel Demarcy-Mota quería sacar el teatro al exterior y salir al encuentro del público”, afirma Sophy-Clair David. “Enviaba a sus actores a hacer consultas poéticas en los andenes de las estaciones de tren, en bibliotecas y cafés, para dar vida y teatro a la ciudad”, prosigue.
“Doctores del alma
Las clínicas de poesía se ponen en escena. Las actrices van vestidas con batas blancas y ofrecen una “receta poética” al final de la consulta, que nunca dura más de 20 minutos. “No cualquier artista puede hacer esto. No somos psiquiatras, pero tenemos que ser muy sensibles a los seres humanos y escuchar”, explica Sophy-Clair.
Va de una habitación a otra del hospital para convencer a los cuidadores o a los pacientes. Anne, una ex médica de 78 años, lleva cuatro años junto a la cama de su marido con un glioblastoma de grado 4. “Se ha dormido, puedo hacer la consulta si quieres”, dice con una sonrisa.
Toma asiento frente a la actriz Marie Lauricella, que empieza a hacerle preguntas, al principio muy estándar: “¿Cómo está hoy? ¿Cómo conoció a su marido?”, y luego pasa a preguntas más profundas. “¿Hay cosas que echas de menos hoy?”. Ana responde sin pensar: “Viajar, salir, ir al teatro. Ahora estoy un poco atascado. Marie le vuelve a preguntar: “Si pudieras irte de viaje, ¿a dónde irías? “Ah bueno, en barco, me iría de crucero. No sé adónde iría, quizá a Cuba, al Polo Norte o a Noruega”, reflexiona Anne. Aprovecha la ocasión para evocar sus recuerdos de crucero en velero con su marido.
“Para ser leído en voz alta durante tres días”.
La conversación es conmovedora y muy personal. En pocos minutos, Marie consigue barrer la complicada vida de Anne. Su cáncer de mama, su accidente de coche casi mortal, su carrera como médico, sus hijos y nietos y, por supuesto, las hospitalizaciones de su marido, que ahora no puede hablar. “Cada día tiene su propio castigo. Afortunadamente tengo un carácter muy optimista. Así que en cuanto hay un rayito de sol, me digo que tenemos suerte. Siempre he sido positiva, es mi naturaleza”, dice Anne con una sonrisa.
La consulta termina con el poema. Marie decide leer dos de ellos. “Hay uno sobre la naturaleza, que inmediatamente me recordó a ti. Y luego hay uno que habla un poco de la situación. ¿Cuál prefieres primero?” Marie empieza con La vie profonde, de Anna de Noailles, y luego con Elévation, de Baudelaire. “Voy a recetar lo que llamamos una receta poética. Porque tengo bata, pero soy más bien médico del alma”, prosigue Marie. “Se leerá en voz alta durante tres días, por la mañana. Y luego, el cuarto día, léeselo obviamente a alguien a quien quieras y te dejaré elegir”.
Ana sale de la habitación con una sonrisa en la cara, llevándose consigo una copia de los poemas. “Hay mucha gente que sale del asesoramiento y sientes que has movido algo dentro de ellos que es muy fuerte. Es entonces cuando sabes que el arte cura”, reflexiona Marie.
Mejorar la vida cotidiana de los pacientes
“¡Ah, pero mientras sorbes tu café, deberías estar disfrutando de la consulta!”. Florence Laigle es neuróloga y se ocupa de un grupo de cuidados en el servicio de oncología de La Pitié-Salpêtrière. “Intentamos ver todas las iniciativas que mejoran la vida diaria de los pacientes. Con mi jefe de departamento, hemos acogido a los artistas con los brazos abiertos”, explica.
Siente los beneficios de las consultas de poesía en los pacientes: “Hay una auténtica relajación. Se trata de pacientes con tumores cerebrales graves y sometidos a terapias bastante duras. Tienen mucha incertidumbre sobre su futuro”.
Antídoto poético
Las consultas poéticas cambian la relación entre los artistas y el público. “Podemos cuestionar nuestra condición de artistas porque no estamos en el candelero, pero cuando vemos cómo un texto puede hacer el bien sé que he cumplido mi misión”, sonríe Sophy-Clair detrás de su máscara.
Los actores del Théâtre de la Ville también trabajaron en la cárcel: “Fue increíble, porque están encerrados y la poesía les abre. Durante 10 minutos sentí que ya no estaba en la cárcel. Realmente hay momentos de gracia, pedacitos de eternidad acentuados por los contextos, pero no sólo”, recuerda la actriz.
Estos momentos poéticos no sólo tienen lugar en los hospitales. “Tenemos momentos maravillosos en el espacio público. Es muy enriquecedor porque conocemos perfiles diferentes, a veces lejanos y a veces cercanos”, relata Sophy-Clair. Recuerda a algunas personas llorando con historias difíciles: “No somos psiquiatras, ni estamos ahí para cargar con todos los males del mundo. Todo lo que hacemos es hacer preguntas para que venga el poema. Así es como hacemos el bien”.
Éxito durante el confinamiento
Durante el encierro, las consultas sobre poesía fueron todo un éxito. Organizadas únicamente por teléfono, estaban abiertas a todo el mundo con cita previa: “La gente se inscribía, no hacíamos ningún sondeo. Llamaba a seis personas al día. Había 40 actores, así que 40 veces 6 personas al día, era enorme”, recuerda Marie, actriz de la Troupe de l’Imaginaire.
“Nos quedamos sin trabajo durante el cierre. Así que en cuanto vimos que podíamos continuar nuestro trabajo por teléfono, todo el mundo quiso hacerlo”, añade Marie, añadiendo que siempre le pagaron por estos servicios.
Consultas internacionales
Las consultas son muy variadas. “Hay tanta medicina poética como artista”, explica Sophy-Clair. Las consultas no son sólo poéticas. También pueden ser musicales o bailadas y cada artista tiene una relación diferente con el ejercicio. “Hay bailarines que harán bailar a la gente, para otros será realmente una forma de actuación”, prosigue Sophy-Clair.
Se ha iniciado una colaboración con espacios culturales internacionales como el teatro La Pergola de Florencia. El proyecto se está transmitiendo a muchos países. “Ganamos un premio en Nueva York por la iniciativa y actores de Estonia y Corea del Sur se han sumado al proyecto”, dice Marie.
Actualmente se están celebrando consultas en el continente africano. Sophy-Clair está orgullosa de esta transmisión: “Éramos un relevo poético. Es una transferencia más que una formación hacia los actores africanos”.